Demian

Hacer una reseña de Demian es hablar directamente de su autor: Hermann Hesse. Dicha obra se publicó en 1919, recién acabada la Primera Guerra Mundial. Era un tiempo convulso que provocó en Hesse una dura crisis existencial, que está reflejada en su creación.

Durante el conflicto bélico este escritor fue enviado a la ciudad de Berna para encargarse del cuidado de los prisioneros de guerra. Desgraciadamente, tuvo que lidiar esta dura tarea con la muerte de su padre, la grave enfermedad de su hijo y la esquizofrenia de su esposa.

La situación insostenible que pasaba le obligó a retirarse de su puesto para someterse a terapia psiquiátrica de la mano de Carl Gustav Jung. Fue este psicoanalista el que el que le ayudó a desarrollar su imaginación y le guió hacia nuevos valores que aparecen en la novela. En ella, a través del protagonista, conocemos precisamente el camino de autoconocimiento que vivió en la etapa descrita.

En las páginas de este escrito, el autor nos narra la historia de juventud de Emil Sinclair. Este individuo aparecerá rompiendo con el mundo seguro y luminoso de la infancia para ir en la búsqueda de su propio destino, sólo realizable a través del mundo oscuro y amenazador de los adultos.

En principio el protagonista es un niño que ha vivido siempre en lo que él llama “Scheinwelt”, que vendría a ser el mundo de ensueño o mundo de la luz.  Pero una mentira le lleva a ampliar su visión de la realidad y a conocer el enigmático personaje que da nombre a la novela: Max Demian. Este último le guía por los senderos del auto razonamiento, destruyendo los paradigmas materialistas que antes le rodeaban. El paralelo entre la propia vida de Hesse es inevitable.

Siendo así, en esta historia, accederemos a través de la ficción a conceptos de la psicología jungiana, que nos invitan a explorar las dualidades del mundo y de los sentimientos humanos. El protagonista mismo, viajará entre el “mundo de la luz” y el de la “oscuridad” como reflejo de esta influencia.

Estas metáforas las usa Hesse para relatar los impulsos humanos de querer encontrar algo que defina al individuo al tiempo que le llene. No se trata por tanto de narrar simplemente como cambiamos con el paso a la adolescencia, sino que el autor apunta a la búsqueda de la propia “misión vital”, que en el caso de Sinclair vendrá acompañada por su mentor Demian. La compañía y sabiduría de este último será esencial para la transformación del personaje, que necesitará “romper el cascarón y echar a volar”.


«En esos momentos tuve una certeza fulminante: cada uno tenía una “misión” pero esta no podía ser elegida, definida, administrada a voluntad(…) No existía ningún deber, ninguno, para un hombre consciente, excepto el de buscarse a si mismo, afirmándose en su interior, tantear un camino hacia adelante sin preocuparse de la meta a que pudiera conducir.»


Sinclair, en Demian de Hermann Hesse

Como ocurre en otras de sus obras, Hesse nos introduce en un mundo de auto-conocimiento “espiritual”. En él lo místico termina siendo el eje que sostiene la novela. Sus personajes (y este caso no es menos) suelen encontrarse perdidos o extraviados. Sin embargo, intuirán una senda de salvación siempre que estén dispuestos a recorrer un espinoso camino que les permita descubrirlo, algo que no todos lograrán ¿Será este el caso de Sinclair?

Raquel Moreno Lizana.